Es bien sabido que el teletrabajo bien llevado es una forma maravillosa de ahorrar tiempo, ser más productivo y tener menos costes para la empresa, llegando a un win-win entre el jefe y el trabajador.
¿Y si el jefe… no es buen jefe?
En el caso de un jefe/superior que no sabe organizarse bien, no respeta los tiempos de trabajo y/o está acostumbrado a la gente sentada en la oficina y mandar trabajo según le llega, tenemos un problema.
En estos casos, estamos viendo a gente que antes tenía 9h de oficina (con la comida incluida) y ahora tiene 12-14h de "tiempo de trabajo" con interrupciones para tiempo personal. Es decir, flexibilidad mal llevada que se traduce en que cuando antes acababas a las 17h ahora acabas a las 15h porque eres eficiente, pero te piden que resuelvas algo a las 19h por email y acabas cediendo y llegas a la hora de la cena sin haber aprovechado nada de la tarde.
Antes la diferencia entre la oficina y el hogar estaba muy marcado pero en muchas empresas esto se está diluyendo y acaba generando crispación y estrés, lo que se traduce en empresas que rechazan el teletrabajo, no porque funcione mal, sino por estar mal implementado.
Es más fácil quitarlo para todos que controlar qué jefes lo usan mal
Y esto es así. La falta de mecanismos de control y autocrítica nos llevan a que cada vez más empresas vuelven al horario de oficina porque les resulta más cómodo que intentar analizar qué mandos intermedios hacen mal uso del teletrabajo.
¿Y qué pueden hacer los que teletrabajan en esta situación?
Controlar el tiempo de trabajo mediante alguna app es una forma bastante común de poder explicar a tu jefe que estás haciendo las horas correspondientes.
Otros trabajadores acaban llevando un registro de todo lo que hacen para poder justificar al superior su trabajo realizado, pero estos registros acaban suponiendo una gran pérdida de tiempo y productividad para todos, además de generar desconfianza.
¿Tú teletrabajas? Cuenta tus trucos para llevarlo bien.