En el año 1996, Eidos Montréal lanzó el título original de Tomb Raider, que se convirtió rápidamente en un fenómeno de los 90’s gracias a la gran innovación que supuso el añadido de muchas mecánicas como rodar mientras disparamos, o el hecho de incluir puzles tan elaborados dentro de la trilogía original.
La influencia que tuvo los primeros Tomb Raider en la industria ha dejado una huella imborrable en toda una generación de jugadores que a día de hoy siguen esperando lo que nunca llegará: un título que iguale o supere a la trilogía original de la franquicia.
En su lugar, hemos tenido secuelas con más o menos calidad, otros remakes, un reboot en 2013 y ahora esta remasterización de los tres primeros juegos, la cual ha sido bautizada como Tomb Raider I-III Remastered.
Y es que precisamente por eso se ha relanzado esta trilogía, para preservar de una mejor manera lo que fueron los títulos originales de la saga, ya que recordemos que estos quedaron ligeramente en el olvido e inaccesibles sin recurrir a la piratería, a no ser que no te importara renunciar a la calidad que ofrecían los emuladores con respecto a lo que nos ofrecen los juegos originales anteriormente lanzados en PC a través de Steam o GOG.
Un juego igual en diseño
A decir verdad, este análisis no será de los más extensos que os podréis encontrar, pues estas remasterizaciones son casi con exactitud iguales a los originales. El diseño de estas remasterizaciones es una escala 1:1 de los títulos originales. Tanto el diseño de niveles como las mecánicas se mantienen muy fieles a lo que fueron las viejas aventuras de Lara Croft de la primera PlayStation.
Empezando con el diseño de juego, podríamos decir que estos tres Tomb Raider no son juegos de aventuras, ni tampoco de acción, sino que son gel género de puzles, ya que cada paso que damos es un puzle en sí. Existe una zona muy concreta en la que tenemos que tener en cuenta el nivel del agua y estar controlando todo el rato nuestros alrededores.
Mecánicas que no envejecen
Las mecánicas son simples a la vez que muy completas para lo que nos ofrecía en su momento en los 90’s. Andar, saltar y disparar. Poco más allá de interactuar y movernos libremente para completar los puzles mencionados.
Por otra parte, si algo tenemos que decir sobre esta trilogía remasterizada, es que nos ha dejado muy clara la opinión de que cambiar texturas no es un símil de mejorar la calidad visual, y que, en muchos casos, empeora la experiencia visual.
Controles renovados
En cuanto a los controles, estos se han mejorado para que sea algo más cómo para los tiempos modernos que estamos viviendo hoy en día para, por fin, eliminar los controles tanque tan tediosos que tenían los juegos originales.
Esta mejora de los controles también aumenta la experiencia con un impacto directo en las maniobras que hagamos dentro del juego, con la exención de la acción al saltar, pues la precisión no es de las mejores que nos podemos encontrar.
Recuerdo que precisamente dejé de jugar en PC el primer Tomb Raider por sus pésimos controles, que habían envejecido bastante mal, por lo que no me quedó de otra que olvidarme de jugar unos títulos que en su momento pude disfrutar y ya no podría redescubrir.
Sin embargo, gracias a estos controles renovados me ha sido posible tanto a mí como a muchos otros jugar por primera vez o volver a disfrutar de las tres aventuras de Lara Croft más puras que os podréis encontrar en toda su historia.
Conclusión
75
Tomb Raider I-III Remastered es una remasterización algo vaga de la primera trilogía, cuya única intención es traernos de vuelta los clásicos que a día de hoy no se encuentran muy accesibles de manera legal. Sin embargo, a pesar del sabor agridulce que nos ha dejado, no deja de haber añadido mejoras como los controles para poder revivir tres grandes experiencias que marcaron a toda una generación de jugadores.