El problema del funcionariado es que son intocables; están en una posición de poder que nunca se les debió otorgar.
En cuanto se quiera implantar una reforma que incluya un sistema de monitoreo y rendición de cuentas similar al ERP de cualquier empresa, te montan una huelga, colapsan el servicio que tengan a su cargo y se acabó.
Por si fuera poco, a nivel de consejería, que existan personajes veleta denominados "jefes de servicio" que cobran un pastizal y van rotando en función del partido político de turno, es una aberración. Prácticamente obliga a realizar un reseteo de todo el sistema público y sin vaselina, frenando cualquier tipo de inversión privada cada vez que hay elecciones.