Magníficamente Souls-Like

En el mundo de los videojuegos, a veces copiando una idea sale un gran juego inspirado en un género. “Still Running” desarrolladores conocidos por “The Walking Vegetables” junto a su editora “MergeGames” nos trae un Souls-like de lo más inusual, con un gran planteamiento pero algunas ideas que no terminan de funcionar a la perfección.

El comienzo de la historia…

Encarnamos a la luchadora, última superviviente de la tribu de Dibrom. Tras pasar toda tu vida entrenando, tiene por misión alcanzar la exaltación y acabar con los siete acólitos, seres malignos que reinan en el mundo, controlados por malévolas deidades llamadas Gahars. Que reinan desde hace miles de años en Mornia.

Fácil pero atractivo

A pesar de ser un Souls-like, juegos que son característicos por ser muy difíciles, “Morbid: The Seven Acolytes” es un juego que se hace bastante fácil. Sin embargo, el juego tiene bastantes puntos a favor que hacen del juego muy entretenido.

Para empezar, tras realizar el tutorial y aprender los controles básicos podremos acceder a nuestro primer santuario, el lugar donde podremos meditar (restaurar toda nuestra vida y nuestros corazones de dibrom mejorados. Pero todos los enemigos derrotados volverán a aparecer. Una mecánica que tenemos muy presente en la saga “Dark-Souls” cuando hacemos uso de las hogueras. En el santuario además encontraremos “corral morbido” dónde iremos reuniendo información sobre todo el lote del juego y es que cada objeto, enemigo y arma posee una historia dentro del juego, además también encontraremos pequeños tomos rojos que nos irán contando lo sucedido en Mornia.

Además, el juego cuenta con un sistema de bendiciones que permitirá al jugador usar numerosas builds desde una con munición casi ilimitada a parecer un asesino y matar a todo lo que se mueva en sigilo, en total encontramos un total de 15 bendiciones distribuidas por todas las zonas que podrán ser subidas con puntos de cordura que obtendremos tras matar enemigos o completar misiones.

Aparte, en el juego dispondremos de armas cuerpo a cuerpo y a distancia, no siendo excluyentes ya que en el inventario a pesar de ser pequeño, podrás almacenar varias de ellas y llevar equipados en el inventario 2 sets de melee y arma de fuego. Cada arma podrá ser mejorada usando runas que encontrarás saqueando cadáveres, completando misiones o derrotando enemigos de élite sobretodo.

Por último, encontramos un sistema de runas dividido tres categorías con las que imbuir nuestras armas:

Bronce: la peor categoría de las runas, estas runas las encontraremos sobretodo al principio del juego y nos darán pequeños modificadores del 5% con respecto a elementos como fuego o electricidad.

Plata: categoría en la cual encontraremos un bonificados del 15% sobre los principales elementos y habilidades como el desangrado o el robo de cordura y vida.

Oro: la mejor de las categorías, donde encontraremos un bonificados del 20% en la mayoría de casos.

Artísticamente sensacional

Haciendo uso de GameMaker, han logrado crear una verdadera joyita con un gran acabado pixel-art que muestra la pena y la maldad presente en cada uno de sus laberínticos escenarios con su oscuro tema , desde los campos fétidos a Yorael, la ciudad mecánica.

Sonoramente, encontramos un título decente, con algunos bugs sonoros que se encuentra totalmente subtitulado a un perfecto castellano. Y con una buena banda sonora que nos acompañará durante la aventura.

Conclusión

Para acabar, encontramos un juego con una gran idea que ha sido mal llevado a la práctica por su sistema de recompensas, la mala organización en algunos puntos de la historia o su dificultad irrisoria. A pesar de ello, estamos ante un gran juego de arte pixel-art para iniciarse en el género que nos entretendrá durante 9 horas para completarlo y una media de 13 horas para sacar el 100% con sus 25 logros. Decir tiene que no hace falta crear una segunda partida para completar el 100%.

En definitiva, a pesar de sus fallitos, se trata de un título muy recomendable y entretenido, que mantendrá enganchados a los más adictos al género.