
Hace un par de años, el equipo de Lazy Bear Games lanzaba al mercado Punch Club. Fuertemente inspirado en películas clásicas de artes marciales, este juego se ganó un estatus de culto dentro de la comunidad. Tras varios años esperándolo, Punch Club 2: Fast Forward finalmente ha llegado y si disfrutaste el primer juego, su segunda parte te encantará por igual.
En caso de que no conozcas este título, debes saber que se trata de un juego mayormente de gestión, pero, que ha mejorado en muchos aspectos con su continuación.
Es momento de un avance rápido
Como el propio nombre del juego lo indica, Punch Club 2: Fast Forward presenta un avance rápido desde su primera entrega. Aquel título de gestión y peleas con un humor muy particular y cuyo final no terminó de agradar a muchos, es la razón por la que existe esta nueva entrega.
Dentro de la historia, tomaremos el control de un joven que ha pasado 20 años confinado en en el garaje de su madre. No hay rastro alguno de nuestro padre y tras una serie incesante de pesadillas, saldremos a conocer la ciudad.
De esta forma, Punch Club 2: Fast Forward se presenta como un viejo conocido, con características muy reconocibles de su predecesor. Asimismo, varios de los personajes que formaron parte de la historia anterior, están de vuelta para ayudar a nuestro protagonista.

Con el lanzamiento de Punch Club, el equipo de Lazy Bear dejó muy en claro que la creación de historias no era su fuerte, pues a pesar de su importancia, era un aspecto que dejaba mucho que desear.
Gracias a esta segunda parte, los desarrolladores nos han vuelto a dejar en claro que no están interesados en crear historias interesantes ni personajes bien desarrollados, pero, se nota que han dado lo mejor de si mismos.
La historia de Punch Club 2: Fast Forward es entretenida y no duda en rellenar huecos argumentales de su predecesor; eso sí, utilizando las excusas más absurdas y rebuscadas posibles.
El ascenso de nuestro protagonista de un veinteañero que vive con su madre a un campeón de torneos es genial y aunque carece de profundidad, se las arregla para sorprendernos con revelaciones impactantes y cientos de referencias a las cintas que le inspiraron.

Mucha gestión y mucha lucha
Aunque no lo parezca a primera vista, Punch Club 2: Fast Forward es un juego de gestión con todo lo que ello implica.
Si bien nuestra meta principal será la de convertirnos en un luchador fuerte, para ello vamos a tener que trabajar duro. Tomando esto en cuenta, tendremos que administrar cuatro factores distintos de nuestro personaje: salud, alimentación, energía y estado de ánimo.
Nuestra salud solo disminuirá tras los combates, mientras que la alimentación y la energía serán los recursos para completar cualquier tarea. Del mismo modo, el estado de ánimo determina la rapidez de las actividades.
Utilizando estos factores, deberemos gestionar las 24 horas del día para hacer ejercicio y trabajar, resultando en una tarea cuanto menos compleja.

Varias de las locaciones solo están disponibles a ciertas horas del día y cada una de ellas consumirá tiempo, energía y alimentación.
Es así que nuestra tarea será buscar el equilibrio entre todas las actividades, a la par que avanzamos en diferentes torneos de lucha y conocemos más sobre el mundo que habitamos con misiones secundarias.
Hablando en profundidad de este apartado, es posible encontrar varias fallas, pues la velocidad con la que disminuye la alimentación o los precios altos de la comida, provocan un bucle de juego que puede llegar a ser tedioso.
Por suerte, esto no es algo que ocurra muy a menudo, ya que si nos gestionamos bien, ganaremos acceso a nuevos recursos como los implantes y tareas para optimizar nuestro tiempo.

Fuerte como un oso, ágil como un tigre y resistente como una tortuga
A nivel de combate, Punch Club 2: Fast Forward cuenta con un excelente sistema y cientos de combinaciones posibles, otorgando al jugador una gran libertad de personalización.
En un inicio, desbloquearemos habilidades básicas que nos llevarán a escoger uno de los 3 caminos, cada uno enfocado en una característica en específico: fuerza, agilidad o resistencia.
Dependiendo de la característica a la que le demos prioridad, podremos escoger un árbol de habilidades que se adapte a nuestras necesidades y que nos permita luchar de una forma concreta.

Sumado a esto, Punch Club 2: Fast Forward incluye un novedoso sistema de habilidades pasivas con beneficios muy útiles para el jugador. Ya sea regeneración pasiva de energía o mayor daño, estas “escuelas” son una forma perfecta para sobrevivir en el ring.
En el mismo orden de ideas, gracias a esta personalización, tendremos distintas opciones para abordar los enfrentamientos. Independientemente del camino que escojas, tendrás habilidades para contrarrestar al enemigo, pero, será tu tarea descubrir cuáles son las mejores combinaciones.
Dichas habilidades pueden ser intercambiadas al finalizar cada ronda de la pelea y nos recuerda que estamos ante un juego de gestión después de todo.

La magia de no tomarse en serio a sí mismo
Los videojuegos son un medio de entretenimiento que a lo largo de los años, ha desarrollado una habilidad impresionante para la narración de historias.
Sin embargo, juegos como Punch Club 2: Fast Forward son un amable recordatorio de que esta no es la regla, sino la excepción. Como ya hemos mencionado, este título intenta corregir varios errores de su primera entrega a nivel de narrativa.
Si bien podemos decir que lo logra, lo cierto es que lo mejor de la historia es su propio sentido del humor. Al no tomarse en serio a sí mismo, el título explora cientos de posibilidades en un mismo escenario, tomando prestados momentos exactos de películas clásicas.

Tal como Punch Club era una mezcla entre Rocky y Fight Club, Punch Club 2: Fast Forward toma fuerte inspiración de cintas como Blade Runner y The Matrix.
Gracias a esto, se da pie a una narrativa interesante con momentos hilarantes donde sus desarrolladores nos recuerdan que no nos podemos tomar nada en serio.
De igual manera, producto de estas referencias, se logra crear un mundo que toma lo mejor de los años 80 y la nostalgia para combinarlo con elementos futuristas cyberpunk.
¿El resultado? Una combinación tremenda donde puedes entrenar al estilo de la vieja escuela o utilizar potentes máquinas neuronales para mejorar tus capacidades.

La belleza del futuro pasado
Punch Club 2: Fast Forward tiene un estilo artístico muy especial, pues como ya hemos mencionado, camina sobre la delgada línea entre el pasado y el futuro.
Es así como además de encontrar locaciones recurrentes de su primera entrega, podremos ver lo mucho que la tecnología ha cambiado este mundo. Detalles tan mínimos como robots de entrenamiento o la presencia de implantes mecánicos en algunos peleadores, son solo algunas de las características que ayudan a la construcción del mundo.
En cuanto al diseño de sus personajes, encontraremos un festival de referencias a películas clásicas y unos cuantos videojuegos. Puede que estos personajes no cuenten con una personalidad muy marcada, pero el simple hecho de tener la oportunidad de combatir contra ellos, mejoran la experiencia de forma significativa.

El pixel art de Punch Club 2: Fast Forward es muy vistoso y gracias a la variedad de escenarios, nos deja en claro el dominio que tiene Lazy Bear sobre este estilo.
Dicha variedad también está presente en la banda sonora, la cual está influencia fuertemente por el synthwave. Las pistas que nos acompañan en esta aventura son dinámicas y perfectas para el ciclo de juego, pues no se vuelven monótonas y al avanzar en la trama, recibirán ligeros cambios para mayor variedad.

Fácil de jugar, difícil de recomendar
Con todo lo dicho, está más que claro que Punch Club 2: Fast Forward es un digno sucesor del título original. A pesar de repetir algunos errores, esta vez el equipo ha sido consciente de su trabajo y ha aprovechado cada oportunidad para burlarse de ello.
Aún así, al ser un título de gestión, puede que no sea recomendable para todos los jugadores, ya que es innegable su repetitividad. Dejando esto de lado, nos encontramos ante un juego sólido con una historia más divertida y con cientos de opciones para personalizar a nuestro protagonista.

Cada uno de los combates pondrá a prueba nuestras habilidades y deberemos administrar nuestro tiempo correctamente para convertirnos en el campeón definitivo.
Sumérgete en una historia con toda la esencia de las mejores cintas de los años 80 y descubre las novedades del futuro en tu propio camino a la cima. Planta cara a las terribles amenazas que acechan el bajo mundo de la ciudad y resuelve de una vez por todas la misteriosa desaparición de tu padre.
Punch Club 2: Fast Forward: Una secuela más que digna con un sentido del humor muy especial y cientos de opciones para personalizar los combates. A pesar de lo repetitivo que puede ser su gameplay, una vez te engancha no hay vuelta atrás. Enfréntate a oponentes icónicos del cine y los videojuegos mientras te abres paso en tu propio camino hasta la cima. – Aaron Marquez “Daarcket”