Las desgracias no terminan en Activision Blizzard. A todos los escándalos toca añadir los malos resultados del nuevo Call of Duty.
Son tiempos críticos para Activision Blizzard. La veterana y importantísima corporación, asociada a los videojuegos desde 1979, se encuentra pasando por sus momentos más sombríos. La compañía se vio envuelta en una polémica trama relacionada con casos de acoso. Esto en efecto en su momento se vio traducido con despidos y diversos intentos de limpieza de imagen. El siguiente golpe llegó cuando un grupo de accionistas exigieron la dimisión del CEO de Activision Blizzard. Ante la negativa de este, Sony, Microsoft e incluso Nintendo dieron un salto al frente rechazando de forma rotunda la postura de Kotick. Todos estos factores han hecho que el valor en bolsa de la compañía haya caído en picado. Pero ahora, la compañía ubicada en Santa Monica, California, ha recibido un nuevo y contundente golpe.
El mal rendimiento de Call of Duty Vanguard
Contra todo pronóstico, se ha sumado un factor que hasta ahora parecía algo inviable: el nefasto mal rendimiento de un Call of Duty. Pues Vanguard, la última entrega de la saga bélica ha obtenido, en territorios como España o UK, unas ventas un 40% inferiores a Black Ops Cold War, la entrega recibida el año anterior. Esto supone el peor rendimiento de la franquicia en más de una década.
Activision se precipita al vacío
¿El resultado de esto? Un descenso en bolsa que parece no conocer fondo. Pues los valores de la empresa han descendido un 37,40 en los últimos 6 meses, un cifras que en estos momentos siguen precipitándose al más absoluto vacío. Una situación totalmente demencial para este gigante de la industria, la cual visto lo visto va a necesitar algo más que unos retoques superficiales para poder salir de este profundo bache. Si a esto le sumamos que Overwatch 2 y Diablo IV fueron retrasados ni más ni menos que a 2023, nos tememos lo peor para esta tan amada como odiada compañía.