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DESTRUCTURE: Among Debris – Análisis

Antes de hablaros sobre DESTRUCTURE: Among Debris y hacer su análisis, os diremos que en la redacción de Comuesp la mayoría de nosotros nos declaramos fans de los juegos “rompeladrillos” y de la mesas “Air Hockey” desde nuestra niñez y que pese a haber jugado muchos títulos que han mezclado ambos conceptos, no ha sido hasta probar este juego, que realmente nos hemos divertido mucho sintiéndolo en perfecto equilibrio entre ambos conceptos.

A todo esto hay que sumarle que Team Instant Defeat junto a RockGame S.A. han sabido darle el tono perfecto, tanto a nivel estético como en diseño artístico y jugabilidad, algo que les hizo ser uno de los juegos premiados en la Indie Cup Ukranie de 2022

Nos atreveríamos a decir (a nivel personal), que este juego bien podría estar a la altura del legendario Arkanoid e incluso de Atari Breakout en un top 5 sobre juegos “rompeladrillos”

¿Estáis listos para una “destructura” post-apocalíptica entre escombros?

El tutorial se integra en el escenario, en este caso avisando de la trituradora de bolas

Rompiendo con todo en DESTRUCTURE: Among Debris

Desde 1978 llevamos rompiendo ladrillos golpeándolos con las bolas de forma virtual, aunque no descartamos que de forma literal alguien lo haya hecho. Pero en cuanto a videojuegos, fue Atari Breakout el que lo inició todo y Arkanoid el que impulsó el género, con miles de clones durante décadas inundando nuestros sistemas de juegos hasta hoy día con curiosas premisas como la que presentaba el divertido Strikey Sisters.

Pero tenemos que rebuscar mucho en nuestras mentes para recordar un juego como este, en el que nos presentan un título “rompeladrillos” horizontal (a diferencia de todos los que conocemos que son en vertical), con un “Air Hockey” y un “lluvia de balas” o conocido también como “bullet hell“.

Si de normal todo estos conceptos, por separado, son muy adictivos y te lo hacen pasar genial, en conjunto funcionan de maravilla y además con una estética Steampunk post-apocalíptica que le sienta de estupendísimamente bien.

No solo se trata de romper ladrillos, si no también de esquivar torretas que nos dispararán literalmente una lluvia de balas, las cuales vamos a tener que esquivar lo más rápidamente posible mientras golpeamos nuestras bolas (ejem) para destruir con ellas las estructuras de metal oxidado, chatarra torretas guiadas por robots, a veces ayudados por armas que harían las delicias del bueno de Nikola Tesla en algunos casos.

Unas bolas grandes siempre golpean con más fuerza

“La cosa redonda de destrucción”

También conocida como R.T.O.D. (del inglés Round Thingy of Destruction), es nuestro artilugio para golpear nuestra bola de hierro contra los bloques de metal, basura, estructuras abandonadas y torretas controladas por rabiosos robots, que no dudarán ni un segundo en dispararnos y terminar con nuestra “cosa redonda de destrucción”

Lo bueno de R.T.O.D. es que no es como otros juegos “rompeladrillos”, donde se mueve de lado a lado sin más. En este caso el desplazamiento es total, permitiendo desplazarlo por la pantalla con total libertad, dentro del rango marcado.

Gracias al buen uso de las físicas e inercias que ejercemos con el simple manejo de nuestro ratón, no solo moveremos a R.T.O.D. por ese rango, si no que además golpearemos nuestra bola de acero con tanta intensidad y fuerza a la proporcional que le demos movimiento a nuestro ratón. Es más sencillo de lo que parece, pero igualmente es complicado en niveles muy avanzados donde tienes que además de golpear la bola, librarte de balas, láseres, líquidos viscosos que te ralentizas y hasta ondas expansivas radioactivas que puedes esquivar haciéndote “bicho bola”.

Porque si, una de las características de nuestra cosa redonda de destrucción, es la de encogerse reduciendo su tamaño y así moverse mejor entre las balas o hacer que pasen por encima ciertos disparos láser o las mencionadas ondas.

Aunque no todo el peligro viene de un lado de la pantalla. Justo detrás de nosotros, encontramos una trituradora de metal, que si bien no es un peligro para nosotros, si lo es para nuestras bolas (ejem), las cuales acabarán machacadas, trituradas y hechas polvo, si no las golpeamos a tiempo y pasan de largo.

Gracias a la fuerza ejercida con nuestra cosa contra las bolas, obtendremos resultados explosivos

Incrementando el potencial destructivo

Pero no todo es esquivar y golpear, también tendremos un papel activo cuando recibamos armas en los potenciadores que salen de objetos que golpeamos o al destruir ciertas estructuras.

Desde una rutinaria ballesta, nuestra “vieja confiable” escopeta, una pistola láser o un lanzacohetes, entre otros, nos harán la vida más fácil, y eso sin contar las legendarias bolas extra holográficas.

Llegaremos a un punto en el que nos encontraremos sobresaturados de recibir tantas armas únicas por disparo, no son acumulables ni se pueden intercambiar y si perdemos nuestra bola, perderemos el arma que tengamos equipada en ese momento.

También hay una serie de herramientas que vamos a ir desbloqueando según avanzamos de nivel, pero como todo en esta vida, dichas herramientas tienen un precio y su moneda de cambio son unos orbes azules conocidos como “cosas azules”

Así de esta manera, podremos hacer nuestras bolas más grandes, recuperar puntos de vida reparando nuestra cosa destructora, agregar un panel protector en la trituradora o aumentar el daño que ejercen nuestras bolas en cada impacto.

Caminante no hay camino, se hace camino al andar…

Más allá de la cúpula del trueno

DESTRUCTURE: Among Debris nos llevará por diversos escenarios que se reparten en zonas polvorientas y desérticas, pantanos, asfaltos agrietados y un bastión de metal lleno de remaches.

Más allá de lo estético, los entornos no cambian mucho ni la forma de interactuar. Lo que sí van cambiando son los enemigos que irán incrementando su poder en cantidad y a nivel armamentístico, haciéndonos sudar de lo lindo hasta en el nivel fácil.

Cada una de estas zonas tendrá también una serie de niveles que se incrementarán en número (y obviamente en dificultad) que nos darán recompensas al terminar cada uno de ellos.

Al terminarlos también aparecerá la tienda de de las herramientas, potenciadores y ventajas que compraremos con las “cosas azules” que iremos acumulando a base de recogerlas en cada pantalla.

Otras recompensas que recibiremos completando todos los niveles y zonas, serán unas a modo de skins para darle un cambio estético a nuestra “cosa de destrucción” y la bola de acero. Algo que se agradece, porque…¿a quien o le gusta tener sus cosas y bolas decoradas?

Tendremos que ser rápidos golpeando nuestras bolas evitando cosas viscosas y balas

Apartado técnico de DESTRUCTURE: Among Debris

Comentábamos al principio que el juego, dentro de su premisa como “rompeladrillos” y otros géneros, usaba una estética Steampunk post-apocalíptico que le sienta genial.

Con unos tonos principalmente ocres con tintes metálicos, recrea bastante bien la ambientación en la que se basa y si a eso le sumamos el diseño de los objetos a destruir más nuestras “cosas para destruir”, en conjunto, funcionan muy bien.

Los sonidos cumplen perfectamente con lo que ofrece el juego y replica los sonidos esperados en impactos contra metal, maderas, destrucción y explosiones. En cuanto a la música, cada zona tiene la suya propia, repitiéndose nivel a nivel mientras estemos en cada una de las zonas. Puede llegar a ser molesta en algún momento, sobre todo el primer tema, el cual peca de repetitivo y machacón

La jugabilidad es fluida, con buena respuesta y sin delay alguno entre nuestros movimientos de ratón y lo que sucede en pantalla, replicando a la perfección cada uno de los movimientos ejecutados.

El juego viene completamente traducido al español y no llegamos a ver ningún error en su traducción.

En temas de bolas saber cual elegir, da mucho juego

Conclusiones sobre DESTRUCTURE: Among Debris

Estamos antes un “rompeladrillos” que innova en muchos aspectos, resulta un soplo de aire fresco en un género donde siempre encontramos más de lo mismo entre mil clones de Arkanoid.

Su cambio de dirección (que podemos elegir en el menú hacia que lado mirar), aporta a la jugabilidad un punto extra y saca provecho de la libertad de movimiento de nuestra “cosa de destrucción”

Se echa en falta algún modo de juego contra reloj o por objetivos para aumentar un poco las posibilidades que ofrece, pero ya de por si es todo un reto librarse de las balas que nos disparan y conseguir que no se nos escape la bola de acero.

DESTRUCTURE: Among Debris: Estamos antes un «rompeladrillos» que innova en muchos aspectos, resulta un soplo de aire fresco en un género donde siempre encontramos más de lo mismo entre mil clones de Arkanoid. Jose Aguirre “Joshkerr”

7
von 10
2023-02-28T14:00:38+0100

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