Hay mecánicas en los videojuegos que tendrías que ser prohibidas usarlas sin sentido alguno, como en este caso con I, The Inquisitor, el juego desarrollado por The Dust que salió hace un año y del que os hablé en su momento en este análisis en su versión de PC .
Lo cierto es que ahora que he tenido oportunidad de jugar la versión de PlayStation 5, creí haber superado el trauma que me había generado el videojuego en su momento con los Quick Time Events que aparecen constantemente y que son casi la principal mecánica del juego, pero para nada ha sido así, todo lo contrario.
En cuanto llegó el primero de ellos comenzaron los sudores fríos y ya en el momento que me tocó hacer la misión que podéis ver en la siguiente captura, ya fue cuando definitivamente un escalofrío recorrió mi espalda para terminar con un chasquido en mi nuca y dar comienzo una migraña que si no fuera por mi caramelo con sabor a Dexketoprofeno favorito, aún seguiría sufriéndola.
Un juego que lo hubiera "petao" a principios de 2000
No voy a entrar en detalles de las mecánicas o el pésimo sistema de combate, tampoco me voy a regocijar en el grotesco abuso de los QTE, pero lo cierto es que este juego en todos los sentidos, incluso en el apartado artístico y gráficos de haber salido hace veinte años estaría entre lo mejor de aquella década, incluso hace diez años, pero para ser un título de hoy en día (bueno, hace un año), queda bastante obsoleto.
Tampoco es que la historia sea la más original de todas, y eso que el comienzo del juego prometía, pero al final queda en nada y rápidamente te ves metido casi en un walking simulator con unos combates absurdos donde avanzas a base de los QTE de turno, mientras investigas cosas por el pueblo en el que has llegado buscando un misterio muy misterioso.
La importancia de todo lo demás, realmente es irrelevante en un juego en el que rápidamente uno se termina aburriendo de todo lo que acontece, te saltas los diálogos y por más que quieres avanzar, se cada vez más pesado mientras uno reza todo el tiempo (como el prota en el juego) para que esa pesadilla se termine.
Conclusiones
En su momento dije que este título era el claro ejemplo de como no hacer un videojuego y lo reafirmo tras jugarlo nuevamente en otra plataforma. Ni la Santa Inquisición era tan cruel con sus artes a la hora de torturar.
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