Estamos viviendo una época que en lo personal llego a ver un tanto saturada de títulos del género metroidvania, que a su vez cada vez están desembocando en una especie de nuevo estilo de juego con mecánicas centradas en otros géneros como son los soulslike o las plataformas de precisión.
Esto en absoluto es malo, todo lo contrario. Beneficia y mucho a los jugadores que buscan experimentar nuevos retos.
Pero no conviene olvidarse de los orígenes y por eso cuando vi por primera vez Lords of Exile, se me dibujó una sonrisa de oreja a oreja, dado que logró transmitirme algo que echaba en falta en la mayoría de videojuegos con estética retro de hoy día; que me hiciera sentir que realmente pudiera haber sido un título de 8 bits al que dedicarle muchas horas.
Y os puedo asegurar que Lords of Exile no me ha decepcionado en absoluto. Todo lo contrario, no solo ha hecho feliz a mi yo de 43 años, si no también a mi yo de 6 años.
Débiles sufriendo a manos de poderosos
Con una gran intro a la vieja usanza y con un pixel art que imita a la perfección la paleta de colores de la legendaria consola NES, se nos cuenta las motivaciones de Gabriel, un niño criado en el seno de una familia occidental que ve como Gálagar El Iracundo impone el terror en el antiguo reino de Exilia.
Todo se vuelve mucho más personal para Gabriel cuando este tras tomarse la justicia por su mano y defender a todo inocente de la tiraría del poderoso Gálagar, aunque este no se quedó quieto y envió a asesinar a la prometida de Gabriel.
Ahora que todo se había vuelto más personal para nuestro protagonista, la historia germinaba hacía una inevitable venganza.
Y ahí es donde entramos nosotros, teniendo que ayudar a que Gabriel supere los ocho niveles, con sus respectivos mini jefes y jefes de final de fase, hasta llegar al iracundo Gálagar
Pura esencia de 8 bits
Desde que da comienzo la intro, pasando por el menú, vemos el mapa y da comienzo el juego, se puede sentir toda la esencia clásica de un juego que podría (y debería) formar parte del casi interminable catálogo que posee la consola NES.
Pero no solo los gráficos o la preciosa banda sonora chiptune que tiene Lords of Exile son los que transmiten dicha esencia. Algo fundamental es su jugabilidad y controles, los cuales son casi perfectos y “familiares” desde el minuto uno.
Está claro que Carlos Azuaga (Squidbit Works) tiene muchas, pero que muchas horas en su haber con juegos del género “Vania” y plataformas.
Y digo casi perfectos porque en el caso del doble salto (habilidad que recibimos pronto y vamos a utilizar mucho) y también la de trepar, a veces pueden llevarnos a errar por no tener en cuenta el “timing” de cada una de ellas.
Por lo demás, la forma de avanzar en cada nivel es la clásica de un juego de aventuras y plataformas de la época, no se sale casi apenas del guion, a excepción de alguna que otra nueva mecánica como las que ofrecen cada una de las dos sombras que nos acompañarán a partir de ciertos puntos del juego.
Las grandes habilidades de un guerrero
Según avancemos en el juego y derrotemos a los increíbles jefes de final de nivel (a cada cual más llamativo y con diseños espectaculares), vamos a adquirir parte de su esencia convertidas en habilidades, obteniendo un total de siete para poder enfrentar finalmente a Gálagar.
Estas habilidades van desde escudos que rotan a nuestro alrededor, el ya citado doble salto, más daño o que la barra de invocación de sombras cargue primero, entre otras como la de aumentar el número de armas arrojadizas.
Armas arrojadizas que son de lo más variado y útiles; una hoz, bombas, dagas y una especie de bumerang doble.
Por su parte, las dos sombras que nos acompañan, son las almas de unos enemigos derrotados que son indispensables para avanzar, ya sea destruyendo unos muros que para nosotros será imposible con nuestras armas o habilidades, y la otra sombra hará las veces de un gancho para pasar por ciertas zonas muy separadas entre plataformas.
También podemos usarlos como armas contra los enemigos, pero pocas veces resulta práctico hacer uso de ellos con sus tiempos de carga para poder ejecutar sus habilidades.
Farmear todo lo que se pueda
Algunos enemigos y ciertas cajas o bloques rompibles, van a dejarnos objetos, armas y lingotes de oro, estos últimos indispensables para canjear en ciertos puntos por vida y armas que necesitaremos para nuestra aventura.
A veces nos vamos a encontrar con que los precios en estos puntos, están más inflados que los de la cesta de la compra, pero por suerte contamos con unas máquinas slot en las que podemos invertir nuestros lingotes y con un poco de maña y suerte, ganar muchos más u otros objetos.
En mi caso terminé pillándole el truco desde la primera máquina que aparece en el juego y no me resultó difícil farmear lingotes casi de forma abusiva dado que el juego no para automáticamente cada posición, si no que eres tu quien lo debe parar y creedme, en cuanto tienes la secuencia, es más fácil que matar al primer jefe.
Apartado técnico
Ya he comentado que el juego representa fielmente ser un juego de 8 bits en todos sus aspectos. Gráficamente es indudable la influencia de Castlevania hasta en su protagonista o en algunos escenarios, sobre todo de cara al final o los enemigos, pero igualmente, tienen su propia identidad y personalidad.
Los escenarios están soberbiamente recreados y os puedo asegurar que me he llegado a sentir como si jugase con mi vieja NES, algo a lo que ha ayudado muchísimo la increíble banda sonora creada por Pentadrangle, aunque cuenta también con la participación del legendario Yuzo Koshiro. ¡Ahí es nada!
El juego incluye idioma español, que como siempre digo, que sea un producto de origen patrio, no asegura que este venga con nuestro idioma de base, así que es de agradecer que lo incluya.
Como única pega, he echado en falta un escalado de líneas que le hubiera sentado genial y transmitiría mucho más esa sensación de juego retro, pero nada que al menos en PC, no se pueda conseguir con la magia de Reshade o similares.
Conclusiones
Con la posibilidad de jugar con otro personaje tras terminarlo, un modo Speedrun y otro modo Boss Rush, el título ofrece muchas horas de juego además de variado, no limitándose tan solo a incluir un modo historia.
Gracias a todo esto y esa mágica esencia de 8 bits que transmite, Lords of Exile es un clásico retro instantáneo que tanto los viejos jugadores como los nuevos disfrutarán sin dudarlo