Menudo inicio de año estamos teniendo con auténticos juegarrales, como este Like a Dragon: Infinite Wealth que hoy mismo se confirmaba que había llegado al millón de copias vendida. Nada mal para un juego que sigue la estela del anterior título protagonizado por el carismático Ichiban Kasuga, al que se le une el legendario Kazuma Kiryu en su aventura por Hawái (o Hawaii).
Así que Aloha a todo el mundo y preparaos porque el héroe de Yokohama viene con todo y en la mejor compañía en el que hasta ahora, es uno de los mejores títulos de la saga creada por Ryu Ga Gotoku Studio (RGG Studio) y SEGA.
La ironía de los caprichos del destino
Lo cierto es que no voy a profundizar mucho en la historia ni a entrar en detalles para que os comáis posibles spoilers, así que tan solo os pondré un poco en situación.
Pocos años después de los sucesos ocurridos en el anterior Like a Dragon protagonizado por Ichiban Kasuga, este se encuentra en una situación tranquila en su trabajo en la que día a día, sigue haciendo felices a las personas con su particular y empática forma de ser.
Pero a nuestro querido perdedor, el karma no le trata nada bien y todo comienza a salirle mal de nuevo, aunque una noticia muy reveladora, le pondrá camino a Hawái dejando casi todo atrás, porque el pasado realmente, nunca lo puedes dejar atrás.
Recién aterrizado, sin saber inglés y pronunciando mal Aloha, Ichiban comienza a tener problemas que lo llevarán casi a los brazos de Kazuma Kiryu, quien "pasaba por allí" y le echará una mano en su particular y personal misión, pero al final eso es lo de menos, que aquí hemos venido a pasarlo bien.
Una gran y emotiva historia relegada a segundo plano
Que los Yakuza desde el primer juego allá por el ya lejano 2005 son títulos con historias muy poderosas e intensas a nivel narrativo, aunque también algo espesas a veces, es algo que todos sabemos, y como no iba a ser menos, este nuevo capítulo de la saga nos trae una dura historia, pero con grandes toques de humor ligero y situaciones que nos sacarán tantas risas como lágrimas.
Todo esto queda quizás un poco eclipsado por la enorme cantidad de cosas que tenemos por hacer en Hawai (y Japón), que nos van a comer muchas, pero que muchísimas horas, hasta tal punto, que puede que nos olvidemos de la historia o nunca la terminemos (cosa que no recomiendo en absoluto, porque vaya pedazo de historia)
Pero entre combate y combate (por turnos e igual al anterior Like a Dragon) acompañados por nuestro grupo de amigos que esta vez puede incrementarse en más miembros, y las misiones de historia, raro va a ser no entretenerse haciendo las secundarias de turno, repartiendo comida rápida para un tipo de pelo verde que antes era taxista, buscando luchadores Sujimon, yendo a pescar, andando en nuestro "Segway" por las calles de Hawai, teniendo citas en una app similar a Tinder, haciendo amigos de la manera más social posible hasta con perretes, construir una casa, atrapar mariposas y ah si, también algunas recreativas y juegos de mesa… pero me quedo corto, porque hay mucho más, en serio no os hacéis una idea de la infinita cantidad de cosas por hacer.
Quizás de ahí el infinite del título y no por la trama del juego, quien sabe.
Continuista pero mejor
No es la primera vez, ni será la última, que esta franquicia reciba un título muy similar al anterior en casi todos los aspectos, pero en este caso, Like a Dragon: Infinite Wealth llega a sentirse como una expansión de las aventuras de Ichiban, que ojo, no es malo, al contrario. Si algo es bueno y funciona, no lo cambies, solo añádele más de esas cosas que funcionan.
Y eso es lo que han hecho en Ryu Ga Gotoku Studio y SEGA casi de forma literal.
El sistema de combate sigue siendo por turnos, con habilidades y características para nuestros personajes que podemos ir mejorando y que hasta al usar a Kiryu, este lo han adaptado perfectamente a sus estilos de combate y no se siente fuera de lugar en ningún momento, todo lo contrario.
Por lo demás, si habéis jugado Yakuza: Like a Dragon, vais a sentir que nada ha cambiado, se ha añadido una historia brutal y un sinfín de cosas por hacer multiplicado por cincuenta.
Apartado Técnico
En 2020 aún pudo sorprender gráficamente y aunque a los Yakuza se les perdonan muchos aspectos gráficos, lo cierto es que cuatro años después, ya al motor gráfico se le notan las costuras en ciertos escenarios o situaciones, pero sale muy bien parado todavía y tiene detalles que solo un juego de estas características repararía en ello.
La música ayuda a poner en situación, sobre todo en los momentos más emotivos o duros que presenta la historia, haciendo que nuestras emociones afloren como lágrimas casi inevitablemente. La banda sonora incluye temas clásicos de la saga e incluso de los spin-off, que muchos de ellos podremos disfrutar en el karaoke.
El juego da la opción de elegir el idioma de las voces (aunque no aparece el español), pero lo suyo es dejarlo en japonés y como por suerte trae subtitulos (muy de andar por casa) en nuestro idioma, sin duda es la mejor forma de gozar de este título.
Conclusiones
¿Hace falta añadir algo más sobre el mejor juego de la saga Yakuza/Like a Dragon hasta el momento? No. Así que simplemente únete a Ichiban y a Kiryu en sus aventuras por Hawai y diviértete.