Unos dinosaurios que deberían volver a la escuela de cocina
Antes de empezar con el propio análisis de Manitas Kitchen, me gustaría explicaros como yo me aproxime al mismo. Desde hace ya varios años, hay dos títulos que siempre están en mi biblioteca: Overcooked y Kingdom Two Crowns. Ambos son juegos con un fuerte hincapié en la gestión del tiempo, donde en ocasiones se llega a cotas de tensión altísimas, pero, que, en su mayoría del tiempo, son un mero pasatiempo para relajarme y desconectar con amigos o mi pareja.
Y al ver este Manitas Kitchen pensé: ¡Aleluya, otro juego que me haga no pensar en nada más que en el siguiente paso a realizar!, en este caso la siguiente comanda. Me atrajo su estética adorable y para toda la familia y su jugabilidad mezcla entre la gestión y los minijuegos. Elementos que, para el título desarrollado para PC por los españoles Little Arrow Games y publicado por Entalto Studios, me hacían suponer que era difícil errar. Por muy poco que elaboraran la receta de forma adecuada, era complicado equivocarse con una idea más que comprobada, por cientos de juegos en todo tipo de plataformas.
Y, sin embargo, como os contaré durante todo este análisis de Manitas Kitchen, el guiso final es demasiado poco saboroso e incluso, por momento, incomestible.
La pizzeria della madre mafiosa giurassica
Como os comentábamos, Manitas Kitchen es un videojuego de gestión de tiempo aderezado, en el cual, dentro de la típica propuesta de haz que tu negocio crezca y vive la emocionante experiencia de ser autónomo; se la añadido algunos giros.
El primer elemento diferenciador con otros títulos del género, es su ambientación en mundo de dinosaurios protagonizado por un T-Rex de género no binario, Trexito. Con esto mente, la inclusividad y el desarrollo de una historia de fondo más elaborada de lo que suelen marcan los cánones, han sido dos de los puntos fuertes donde el estudio ha querido hacer un especial hincapié.
Sobre la historia en sí, se trata de una que tira de clichés de la mafia endulzados para todo tipo de públicos. Verdaderamente, añaden un poco de aire a su jugabilidad y habrá momentos tiernos y algunos diálogos bastantes graciosos que nos permitan profundizar más en los personajes.
Sin embargo y obviando el original contexto, no pasa de ser una trama adorable pero genérica y una oportunidad perdida. Siendo esta connotación algo que subrayará muchos otros aspectos del juego.
Soy une con la pizza
De esas otras ocasiones fallidas, también debemos hablar de la elaboración de los personajes no binarios. La creación de títulos donde cada comunidad, es este caso la LGTBIQ+, pueda sentirse cómoda y representada siempre es importante. No obstante, la incorporación dentro de la narrativa se siente vacía.
Podríamos obviarlo por su carácter de texto ligero que sirve para añadir un extra al título. O, incluso por la naturaleza de un género de juego que no necesita muchas más pretensiones que la propia jugabilidad. Pero creo que cuando algo se puede desligar con suma facilidad te hace cuestionar el sentido del mismo. Y mientras que con otros juegos, como es el caso de Night in the Woods, los jugadores se pueden sentir más identificados, no pasa lo mismo con este título.
Es cierto, que claramente estas otras obras tienen unas mayores pretensiones al abordar estos temas, pero al ser todavía tan pocos títulos que traten este tipo de identidad, se siente un error no aprovecharlo para ofrecer algo más que el uso de un vocabulario de género neutro.
Pesadilla en la cocina
Siguiendo la lista de los ingredientes, hay que mencionar otros apartados que acompañan a la mencionada envoltura que recubre lo jugable. En este caso, Manitas Kitchen posee un vistoso y llamativo, a la par que sencillo, cel shading con una animaciones agradables y bonitas en las partes jugables. Y por defecto, en los momentos de historia se ha decidido por apostar por el clásico esquema de viñetas y bocadillos de diálogo. En términos generales, el acabado gráfico es resultón y añade enteros a esa construcción de personajes entrañables.
Pero, por el contrario, hay bastante presencia de bugs y que actualmente empañan este resultado. De esta forma, tenemos cosas como partes de diálogos en inglés, personajes que atraviesan partes del escenario o repeticiones de las mismas conversaciones entre días.
Adicionalmente, también hemos encontrado problemas con la sincronización del mando, dando momentos donde el control no reacciona por minutos a nuestras acciones.
Un bonito restaurante con una playlist de Youtube
Mucho de lo anterior, seguramente, el estudio lo acabará puliendo con el paso del tiempo. Pero hay otros aspectos de los que estamos más en duda que se puedan llegar a subsanar algún día. Es este es el caso, por ejemplo, de lo musical o sonoro, donde hay decisiones que nos cuesta llegar a entender.
Cosas como que el título cuente con varias melodías agradables pero que se convierten en monótonas tras las 7-10 horas que duran el título. O bien, la inclusión de la colaboración del equipo de grabación, doblaje, locución de comerciales de TodoJingles para, exclusivamente, unos diálogos de onomatopeyas al puro estilo Banjo-Kazooie. Este hecho es entendible, ya que, quizás por un contar con presupuesto reducido, no se haya podido dar el salto al uso de dobladores. No obstante, se me hace insólito usar el estudio que ha sido las voces de marcas como Ikea o Gallina Blanca solo para solo eso.
Además, este apartado tampoco se escapa de presentar errores en el audio, que no reacciona a las preferencias guardadas y que nos obliga a ir tocando el menú cuando ya habíamos seleccionado el volumen deseado.
Hornos de piedra de meteorito para pizzas clásicas
Y después de este tsunami de peros, querido lector, seguramente te preguntes: ¿cómo ésta la jugabilidad del juego? Su propuesta se basa en que seremos los dueños/trabajadores (la dura dupla del freelancer) de una pizzería donde deberemos ir sirviendo distintos tipos de pizzas mientras vamos ganando dinero y mejorando el negocio.
La elaboración de las mismas se basará en cuatro pasos: amasado, salsa, corte y cocinado. Para los tres primeros habrá un minijuego correspondiente donde deberemos realizar algo tan básico como pulsar un botón en cierto momento o macharlo lo más rápido posible.
En un primer momento y durante las fases nocturnas, estas tareas serán manuales hasta que vayamos desbloqueando varios compañeros que funcionan como habilidades temporales. De estas power ups tendremos hasta 4, incluyendo la propia de Trexito.
Tocando el tema de las habilidades, hay que avisar que nos hemos encontrado numerosos fallos con la del protagonista. Esta se supone que corta los ingredientes de forma automática para un pedido, pero no lo hace siempre y muchas veces añade los ingredientes que les sale de “la inspiración”.
De esta forma, nuestra misión será ir mejorando el negocio: comprando nuevos ingredientes para aumentar la oferta y la demanda, mejorando las habilidades de estos personajes y reparando lo que se rompa; mientras evitamos que se nos quemen las pizzas o servir ordenes erróneas.
Un pedido poco abundante en diversión
Esta anterior fórmula que articula toda la propuesta podría a ver funcionado a las mil maravillas, pero muy a mi pesar se queda desaborida. Como si fuera la alimentación de un culturista de arroz y pollo, los minijuegos son demasiados sosos y el uso de habilidades es interesante, pero podría obviarse por la escasa dificultad.
Creo que los autores se suponían este hecho y por ello, añadieron una mecánica de estrés donde si llegamos a un límite tendremos que cerrar ese turno. También quizás motivado por lo mismo, se diseñaron las fases de la noche. En ellas se nos situaran solos en la cocina y debemos encender unas antorchas para evitar que se compliquen los minijuegos o que nos dé un ataque de nervios. Estas incorporaciones son interesantes, pero quedan desaprovechadas, ya que con un poquito de atención y ritmo la experiencia se torna demasiado fácil.
Al final, todo esto a la larga consigue, que sin aportar nada nuevo aparte de nuevas mejoras o recetas, que la progresión sea tediosa, aunque se aliviane un poco con la trama o los diálogos. Falta diversidad de situaciones, profundidad en los minijuegos u otro enfoque más centrado en la gestión de los recursos o tiempos para que el título no llegara al aburrimiento con las horas.
Conclusiones
En definitiva y para resumir mi análisis de Manitas Kitchen, creo que el estudio ha pecado de escasez de testeo y tiempo de desarrollo de una idea que podría haber salido bastante mejor resuelta. Con una experiencia demasiada monótona para la que ofrece, con sus mencionados bugs y a grandes rasgos, una falta de prueba de las mecánicas jugables para que fuera realmente divertido; el título se quedará a medio camino para la mayoría de los jugadores.
Pero no hay que llorar. Creo decididamente que el estudio puede aprender de estor errores para sus futuros proyectos. Creo en su apuesta por traer juegos con estas identidades, pero para la siguiente vez, deben encontrar como dotarlo de valor para la propia comunidad. Y aunque quizás Manitas Kitchen haya salido como un mal intento; recordemos, como bien saben los autónomos, que el éxito a veces no se consigue a la primera.
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