El juego que hoy tenemos entre manos es Monster Sanctuary un RPG/metroidvania desarrollado por Moi Moi Games y distribuido por Team17 donde tendremos que capturar diferentes criaturas que podremos usar para explorar el mapa usando sus habilidades.
Corría el año 1996, un gran año para los videojuegos: Capcom nos deleitaba con la primera entrega de una de sus sagas más famosas: Resident Evil, mientras Naughty Dog sacaba el excelente Crash Bandicoot. El primer Tomb Raider dejaba impactados a todos los jóvenes y salía al mercado Quake. Pero, si hay una empresa que marcó un hito en ese año, no fue otra que la japonesa Nintendo: Super Mario 64, que aún sigue siendo uno de los juegos más populares en cuanto a speedrun, Donkey Kong 3, Super Mario Kart 64, Kirby Ultra Star y el juego por lo que todo este párrafo tiene justificación: Pokémon Rojo y Azul.
La gallina de los huevos de oro, al menos una de tantas, que permite a una empresa moderadamente pequeña para los estándares de la industria seguir tras casi 25 años, una referencia en cuanto a videojuegos, diseño de niveles y sobretodo: gameplay. Si algo tienen en común todos los juegos de la compañía es que son sencillos de jugar y apenas tienen una curva de entrada. Ha habido muchos juegos donde la mecánica principal es capturar criaturas, entrenarlas y usarlas para combatir: Digimon, que, aunque aún conserva una fiel comunidad, es muy inferior en número a la gran N; Dragon Quest Monster Joker, donde tendremos que fusionar dos criaturas para conseguir una diferente y más poderosa; y por último la aproximación multijugador española Temtem.
Monster Sanctuary toma inspiración en muchos de estos juegos y nos trae un sistema de jugabilidad novedoso. La fusión entre metroidvania y captura de monstruos encaja muy bien.
Podemos llevar a la vez hasta 6 monstruos en el equipo y el resto siempre serán accesibles desde cualquier parte. Además, todos podrán obtener experiencia de nuestros combates por lo que, si nos apetece cambiar de estrategia, podremos alternar fácilmente entre todas nuestras criaturas.
Al finalizar cada pelea, se nos premiará con objetos dependiendo de nuestro desempeño en el combate pudiendo obtener entre 1 y 5 estrellas. Cuantas más estrellas obtengamos mejores serán los objetos que conseguiremos. Entre estos objetos existe la posibilidad de que los enemigos derrotados nos suelten un huevo, que podremos abrir al instante para obtener un monstruo con niveles algo inferiores a los de nuestro escuadrón y sin habilidades escogidas para que podamos personalizarlo a nuestro gusto.
En las últimas actualizaciones se ha añadido también la posibilidad de atrapar y convertir a nuestras criaturas en luz u oscuridad, dándoles nuevas habilidades y potenciando sus estadísticas, para hacerlas todavía más poderosas.
Al final de cada zona nos enfrentaremos con un campeón, un monstruo extraordinariamente poderoso que nos forzará a estudiar cada movimiento con cuidado. Tras vencerlo, podremos volver a luchar contra él en el santuario, una zona recurrente del mapa donde encontraremos NPCs que nos venden equipo y consumibles y donde se desarrollarán partes de la historia.
El juego aún se encuentra en Early Access, aunque su contenido es más que suficiente para justificar su compra, pero tendremos que esperar a la versión 1.0 para poder finalizar la historia principal. Los desarrolladores trabajan constantemente en nuevas actualizaciones y cada poco tiempo añaden más zonas para continuar explorando y más criaturas que capturar.
Completar las nueve zonas que nos presenta el título a fecha de esta reseña puede llevarnos unas 20 horas. Por si fuera poco, podremos seguir entrenando nuestro equipo para competir en el modo online contra otros jugadores a cambio de jugosas recompensas.
El juego se encuentra completamente en español, así podremos seguir perfectamente la historia y leer las habilidades en nuestro idioma, cuestión que siempre es de agradecer.
Gráficamente Monster Sanctuary es sencillo en cuanto a escenario y personajes, mientras que los monstruos tienen un diseño mucho más cuidado. La bso, que al principio engancha y es pegadiza, tras 15 horas se torna repetitiva, por lo que no hubiera sobrado algún tema más para incluir variedad.