Icono del sitio Comuesp

Análisis de Eastward: Una aventura nostálgica y artística

Eastward

Una aventura a todo color

Pocas veces en el mundo de los videojuegos llega al mercado un producto tan original como Eastward. Con unas inspiraciones más que claras y un apartado artístico insuperable, nos encontramos con una aventura hermosa en todo el sentido de la palabra, dispuesta a evocar nostalgia y marcar un precedente en el género de aventuras.

Eastward análisis

La alegoría de la caverna

Son muchas las obras que han utilizado esta metáfora planteada por Platón para dar pie a sus acontecimientos. Eastward se suma a esta lista, sentando las bases de su historia en torno a la misma.

John y Sam son dos habitantes de Potcrock Isle, un pequeño pueblo minero bajo tierra controlado por el terrible alcalde Hoffman; asimismo, serán nuestros protagonistas. A pesar de intentar llevar una vida normal, una serie de eventos los llevarán a la superficie a descubrir todo lo que se les había ocultado por tanto tiempo.

Una historia sencilla que toma una fuerte inspiración de títulos como Earthbound y The Legend Of Zelda, terminará por demostrarnos que el camino siempre será más importante que el destino.

La trama de Eastward no brilla por su excelencia, pues la misma lleva un ritmo pausado, siendo contada en su mayoría a través de cinemáticas donde tendremos que presionar constantemente el mismo botón para hacer avanzar los diálogos.

Pese a su ritmo calmado y que puede tornarse lento para algunos, se encuentra una bonita historia que cuenta mucho más de lo que se ve a simple vista. Una de estas cosas de las que hablo es la relación entre John y Sam, los cuales se quedarán sin duda en el corazón de muchos.

Nuestros dos protagonistas siguen el tópico que rodea la relación de un padre adoptivo y su hija. Esta relación se ve potenciada en gran medida por la incapacidad para hablar de John, algo típico en juegos de este estilo.

Por otro lado, Sam derrocha carisma en cada paso que da. La pequeña niña con poderes misteriosos y cabello de algodón será un acompañante perfecto para nuestra aventura, robándose el protagonismo en todo momento.

Los personajes secundarios tampoco se quedan atrás. A lo largo de nuestra aventura tendremos distintos acompañantes que interactuarán con nuestra dupla protagonista. Cada uno de ellos con una personalidad bien marcada y ocurrencias que escalan en absurdidad.

¡Pégale con la sartén!

Si Eastward logra dominar con maestría uno de sus apartados, ese es sin duda sus mecánicas. El título nos presenta un combate variado gracias no solo a su amplio arsenal, sino a la posibilidad de manejar dos personajes en simultáneo.

A diferencia de lo que muchos puedan pensar, Eastward no utiliza un sistema de compañeros ni una elección de personaje, al contrario, todo el diseño de niveles y mecánicas está apoyado en John y Sam a partes iguales.

En primer lugar, tenemos a John, el encargado de la mayor parte de la acción. Este agradable señor empezará limpiando zonas con una sartén para luego hacerse con un variopinto arsenal de armas.

Sam, por otro lado, empezará con una habilidad que le permite disparar pequeñas ondas psíquicas que destruyen objetos específicos y paralizan a los enemigos por un pequeño periodo de tiempo. Es cierto que más adelante se desbloquean nuevas habilidades, pero la mayor parte del tiempo solo utilizaremos esta.

Utilizar ambos personajes es bastante satisfactorio, debido a que sus mecánicas de combate son muy simples. Dejando de lado su simplicidad, un error notable es la innecesaria cantidad de armas que se le dan a John comparado a las pocas habilidades que logra conseguir Sam.

Dichas armas se pueden mejorar en las tiendas para aumentar su efectividad y munición que pueden almacenar. A causa de esto, es muy probable que logremos terminar el juego utilizando solamente el arma que más nos guste y decidamos mejorar, pues la munición no es algo que escasee y los enemigos son derrotados con facilidad.

Exploración de mazmorras, muchos puzles y unas cuantas amenazas

Siguiendo las normas que plantea el combate, el diseño de niveles de Eastward está hecho para dar luz a puzles que aprovechen al máximo las habilidades de nuestros protagonistas.

Cada una de las mazmorras contiene secciones que obligan a John y a Sam a separarse, obligándonos a manejar cada uno de forma individual para seguir avanzando.

Esto podría resultar frustrante de haberse realizado mal, pero, el resultado es estupendo. La exploración se siente orgánica y cada uno de las mazmorras introduce una mecánica nueva que será utilizada en la gran parte de sus salas.

Ya mencioné anteriormente la inspiración en The Legend Of Zelda, pero, es aquí donde más se nota. No me malinterpreten, es solo eso, inspiración.

Más allá de todas las comparaciones, Eastward toma las bases del conocido juego de Nintendo y las modifica a su favor, entregando una experiencia nostálgica y novedosa.

Quizás el mayor de sus pecados recae en la ausencia de dificultad. Tanto los jefes como las zonas a explorar son fáciles de superar, sin importar las habilidades del jugador. De igual manera, los puzles no suponen mayor reto para nuestro ingenio.

Por consecuencia de esto, unos cuantos podrán tildar al título de casual, algo que no tiene nada de malo. Sin embargo, dejando esto de lado, sus mecánicas y diseño de niveles están pulidos hasta el más mínimo detalle, por lo que no será algo que arruine la experiencia.

Un mundo de película

Honestamente, Eastward tiene uno de los mejores apartados artísticos que he podido disfrutar a lo largo de mi vida. No es solo su pixelart cuidado hasta el más mínimo detalle, su paleta de colores con tonos cálidos ni su música que encaja perfectamente con la atmósfera, sino la combinación de todos estos aspectos juntos lo que eleva la experiencia a un nuevo nivel.

Decir que el mundo de Eastward parece de película no es algo soltado al azar, pues encontrar a Hayao Miyazaki nada más comenzar ya nos indica algo. Su mundo y cada uno de sus detalles beben mucho del anime, en especial de las películas lanzadas por Studio Ghibli.

Gracias a esto, el juego logra convertirse en una experiencia muy contemplativa, donde pararse un rato a admirar los detalles gráficos valen cada segundo. Cada mazmorra y cada zona por la que pasemos altera en gran medida a lo que hemos visto anteriormente, incentivándonos a seguir explorando y ver que nos depara por delante.

El apartado artístico del título no se queda en lo gráfico, puesto que a nivel auditivo es tan hermoso como este. Cada melodía, sonido e incluso las “voces” de los personajes encajan perfectamente con el mundo.

Desde tonadas nostálgicas inspirados en RPG clásicos, pasando por ritmos más movidos que suman diversión al combate y terminando con música tranquila en la que nos podemos perder durante horas. ¡Todo está perfectamente orquestado!

No importa a donde vayas, Eastward siempre se guarda un pequeño as bajo la manga que logra sorprender, emocionar y conmover a cualquiera que se anime a prestar la suficiente atención.

Todo esto da como resultado una atmósfera y un mundo que se sienten naturales y creíbles. Un mundo en el que vale la pena adentrarse y perderse durante horas.

Pixpil ha hecho un trabajo lo más humanamente perfecto en este apartado, algo que se nota incluso en su arte promocional. Espero con ansías un libro de arte de Eastward y estoy seguro que no soy el único.

¿Quieres guardar tus memorias?

Parece que a los desarrolladores no les ha bastado con crear una experiencia artística fenomenal, sino que también han agregado mucha originalidad y puesto atención hasta el más mínimo detalle.

Algo que me ha resultado cuanto menos curioso son sus puntos de guardado, los cuales consisten un hibrido de refrigerador y TV que suelta frases existencialistas.

“Puedes refrigerar tus recuerdos aquí. Pero cuando los saques de vuelta… ¿el nuevo tú serás realmente tú?”

Es cierto que a día de hoy los estudios AAA han explotado al máximo los detalles, acercando a los videojuegos a la realidad. No obstante, detalles como la particular forma de caminar de John por tener las manos en sus bolsillos, el movimiento del pasto mientras pasamos sobre él y la posibilidad de abrir y cerrar la tapa del escusado, son cosas que ayudan a la inmersión.

El estudio detrás de Eastward incluso se ha tomado la molestia de crear un RPG completamente jugable: Earth Born, un título muy inspirado en los Dragon Quest originales. Completarlo no será tarea sencilla, pues deberemos valernos de una máquina de premios para conseguir mejoras que funcionan como coleccionables.

Hablando de coleccionables, hay muchísimos repartidos por el mapa. Los amantes de descubrir secretos amarán este apartado y los que no, tienen la opción de comprar un útil detector de secretos nada más empezar.

El sistema de cocina también es digno de mención, pues es una mecánica a la que se le puede sacar provecho. Los alimentos pueden ser soltados por los enemigos en las mazmorras o comprados en tiendas y ser usados posteriormente para cocinar platillos que nos restablecerán la salud y darán bonificaciones en combate.

Aunque puedan parecer tonterías, todo esto que he mencionado ayuda a que el mundo de Eastward cobre vida, y sin darnos cuenta, estemos inmersos en un mundo creíble, por más fantástico que resulte en ocasiones.

Explorando la mina he encontrado una joya

Soy consciente de que he me dejado muchas cosas por el camino y que hay errores en los que no he profundizado, pero, no quiero extenderme más de lo que ya lo hice.

Eastward no es un juego más del montón, es un excelente juego y sin duda uno de los mejores que han salido este año. La espera ha valido la pena y el resultado deja un buen sabor de boca desde el primer bocado.

No todo es perfecto, es cierto que la ausencia de dificultad y misiones secundarias, así como una historia predecible pueden resultar molestos, pero, sus puntos positivos son mucho más grandes que sus fallas.

¿Quieres una experiencia única cargada de color y diversión? ¿anhelas una aventura con mazmorras como las de antaño? ¿quieres perderte en un mundo de Studio Ghibli? ¿tiene Eastward el arte más bonito que has visto en tu vida? Si has respondido de forma afirmativa a cualquiera de las preguntas, es de mi agrado informarte que debes adquirir Eastward cuanto antes.

Acompaña a John y a Sam a descubrir todos los secretos que oculta la superficie mientras conocen agradables compañeros en el camino. Piérdete en un mundo repleto de arte, donde todo pixel tiene un propósito y revive ese mágico sentimiento que acompaña la inocencia de la niñez.

[review_summary positive_heading=”Lo bueno” positives=”Su apartado artístico es una maravilla en todo sentido.
Los pequeños detalles logran sumergirnos en su mundo.
El diseño de niveles y la jugabilidad se complementan perfectamente.
Una banda sonora hermosa que se vale de la nostalgia para conmover.
Earth Born es fácilmente uno de los mejores minijuegos a la fecha.” negative_heading=”Lo malo” negatives=”Se echa de menos un par de misiones secundarias.
La historia hasta cierto punto es bastante predecible.
De momento no está disponible en español.”]
Historia
7.0

Gráficos
10.0

Jugabilidad
8.0

Música / Sonido
10.0

Ambientación
10.0
[/review_summary]

Si te ha gustado el análisis de Eastward, no puedes dejar de visitar el que hemos hecho sobre Essays On Empathy, una experiencia interactiva que toca temas sensibles de la mejor manera posible.

Salir de la versión móvil