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Análisis de Eternal Starlight

Desarrollado por White Noise Games, Eternal Starlight nos presenta una épica aventura espacial al más puro estilo RTS, en la que nos tocará dirigir una pequeña flota de naves en diferentes batallas. Humanos y aliados alienígenas se enfrentarán juntos, normalmente con inferioridad numérica frente al enemigo, usando la estrategia y las habilidades únicas de cada unidad disponible para poder salir victoriosos.

Hasta aquí podríamos estar hablando de cualquier título genérico de ambientación espacial, pero no es el caso. Lo curioso es que esta vez nos encontramos ante un título para realidad virtual, algo poco común en este género, y que es una lástima que así sea, ya que esta tecnología permite una visualización e interacción en el campo de batalla como nunca antes habíamos visto o sentido.

El título apareció el pasado mes de junio para las plataformas de Oculus y Steam. La versión que hemos probado para este análisis es la de Steam y el equipo de RV usado en este caso han sido unas gafas HTC VIVE.

Nuestra última esperanza

La historia de Eternal Starlight nos sitúa en un futuro donde la inevitable destrucción de la Tierra por parte de la humanidad lleva a esta última a un largo peregrinaje hacia las estrellas para encontrar un nuevo hogar. Aquí es donde entra en juego Proxima, un planeta que representa la última esperanza para la supervivencia de nuestra especie.

Pero, como es de esperar, no estamos solos en nuestro deseo de conquistar el planeta para nuestro sustento, y los belicosos Kraya nos lo pondrán bastante complicado en nuestra empresa, pues se han empeñado en eliminar a la “escoria terrestre” de la región sin negociación alguna.

Nunca subestimes a tu enemigo

Durante la campaña nos embarcaremos en una serie de pequeñas misiones, donde deberemos destruir enemigos, conseguir recursos y crear alianzas que nos serán de utilidad para las próximas (e inevitables) confrontaciones con los Kraya.

Aquí seremos libres a la hora de seleccionar que misiones queremos afrontar, ya que dependiendo de cual seleccionemos variará la dificultad, los recursos y las posibles alianzas que se obtendrán. Una vez completada una misión, los recursos se podrán invertir en mejorar nuestras naves o comprar nuevas para reforzar nuestra pequeña armada.

Es importante remarcar que será de vital importancia que seleccionemos cuidadosamente la siguiente misión y que no subestimemos nunca a nuestro enemigo, ya que una mala decisión antes o durante el combate podrá arruinar toda nuestra partida. Y es que la campaña de Eternal Starlight tiene permadeath, por lo que si somos derrotados tendremos que comenzar de nuevo desde el principio. Una decisión muy acertada al tratarse de un roguelike, pero que puede hacer un poco tedioso el avance, sobre todo al principio, ya que moriremos más a menudo. Eso sí, entre distintas partidas encontraremos los cambios suficientes como para que no tengamos la sensación de estar repitiendo los mismos pasos constantemente.

El título también nos ofrece un modo escaramuza (skirmish), que nos permite crear batallas personalizadas con todas las naves que hayamos desbloqueado durante la campaña. Utilizando un sistema de puntos, podemos enfrentarnos a una flota de hasta seis naves. Francamente, este modo es muy divertido y nos hará pasar un rato entretenidos con buenos e intensos combates espaciales. Además, este modo nos servirá como un campo de pruebas para buscar la mejor estrategia con las distintas naves disponibles.

Mecánicas intuitivas

En total dispondremos de 17 clases de naves diferentes, cada una con sus propias capacidades, que tendremos que posicionar y utilizar desplegándolas en el espacio 3D frente a los enemigos, teniendo en cuenta también la presencia de asteroides, campos de minas y peligrosas grietas espaciotemporales.

Las naves se controlan agarrándolas y trazando el camino que queremos que hagan o directamente marcando a las naves enemigas que queremos que ataquen. El funcionamiento de las mecánicas de Eternal Starlight es bastante intuitivo y, tras el pequeño tutorial que nos enseñará los conceptos básicos, veremos que se nos tornará como algo muy natural.

Buena implementación de la RV, aunque no perfecta

Tanto el ritmo como la escala del juego pueden manipularse para adaptarse a nuestras necesidades en el fragor de la batalla. En cualquier momento, podremos ralentizar el tiempo para pensar una estrategia y poner en acción maniobras que nos ayuden a derrotar al enemigo. Además, con gestos simples, podremos expandir y contraer la escala del campo de batalla para tener siempre el mejor punto de vista durante el combate. Quizás se echa de menos un control para rotar el entorno, ya que seremos nosotros los que debemos rotar físicamente para cambiar la perspectiva y puede ser algo incómodo si jugamos sentados.

Además, tendremos a nuestra disposición una mecánica que ofrece cierta profundidad a los combates, ya que para derrotar algunas de las naves enemigas deberemos apuntar a ciertos sistemas específicos de sus naves tales como escudos, motor, armas, etc. Eso sí, para ello deberemos primero ralentizar el tiempo, acercar y seleccionar la nave objetivo, apuntar al sistema deseado, y finalmente volver a expandir el campo de batalla a una escala que permita cierto nivel de control táctico. Desafortunadamente, este proceso es necesario cada vez que queramos apuntar a sistemas específicos y puede convertirse en algo engorroso durante el frenesí de la batalla.

Una oportunidad perdida

Respecto al apartado visual, Eternal Starlight adolece ser un juego compatible con las Oculus Quest 2, ya que los gráficos son muy simples y funcionales, sin grandes detalles ni efectos, incluso en algunos momentos veremos que ciertos entornos carecen de pulido y profundidad. Es una verdadera lástima ya que, al ser un título de realidad virtual, tenía el potencial suficiente para haber brillado en este aspecto. Ya desde la introducción, en el menú principal o en la sala donde gestionamos la nave veremos esta falta de detalle, con entornos planos y poco refinados. Los personajes que aparecen en la pantalla de comunicaciones también se notan poco trabajados y con animaciones un tanto simples.

El juego en sí se desarrolla en la extensión del espacio profundo, por lo que los fondos son comprensiblemente estériles. Sin embargo, esto no se compensa con modelos detallados para los distintos elementos tales como asteroides, nebulosas o incluso las propias naves. La iluminación y los efectos, como ya mencionaba antes, son bastante pobres y anodinos.

Podemos afirmar que, gráficamente, Eternal Starlight es funcional en el mejor de los casos. No perjudica la jugabilidad, pero tampoco ofrece la sensación de asombro que uno podría esperar de un juego ambientado en el vasto y oscuro vacío del cosmos, en ese aspecto dista mucho de títulos como Elite Dangerous.

En el espacio nadie puede oír ¿tu voz?

El sonido es quizás el apartado más débil y decepcionante del juego. Los efectos de sonido son lo único salvable, con una variedad decente para los disparos de las distintas armas y las explosiones.

La música ambiental es bastante monótona y hace poco para transmitir una sensación de urgencia o tensión a lo largo de los diferentes encuentros. Agrega tan poco al juego que, hasta cierto punto, es posible que ni siquiera te des cuenta de que está ahí.

Otro de los problemas de este apartado está en las voces, o más bien, en la falta de éstas. Solo oiremos breves frases genéricas al comienzo de cada interacción, el 90% de la conversación se da solo a través de texto, y siendo un título que tampoco tiene una gran cantidad de diálogos, creo que podrían haber puesto un poco mas de esfuerzo en este aspecto.

Conclusiones

Eternal Starlight es un ambicioso intento de combinar los géneros RTS y roguelike que lamentablemente no logra cumplir con el enorme potencial de su concepto. El título ofrece un gratificante sistema de juego que podría haber sido increíble si se combinaran con misiones más extensas y una gestión de recursos más profunda. Las mini-misiones de 3 minutos crean una experiencia poco conectada entre sí que evita que nos sumerjamos completamente en la acción o su historia.

Por otro lado, su modesto apartado técnico tampoco ayuda a que la experiencia sea al menos vistosa, y es una pena, pues tiene a su favor la gran inmersión que otorga la realidad virtual, ofreciendo un punto de vista interesante en este aspecto.

El nicho de la realidad virtual necesita más títulos de estrategia para contrarrestar la escasez de éstos, pero lamentablemente Eternal Starlight no va a ser el que cambie esta tendencia. Dicho esto, es cierto que el juego tiene muchos elementos positivos, por lo que los entusiastas del género que posean unas gafas de RV pueden disfrutar de unas cuantas horas de diversión.

Es por eso que, aunque por los pelos, puedo decir que recomendaría el juego, ya sea por disfrutar de una experiencia diferente de los típicos títulos que pueblan el catálogo de la RV.

[review_summary positive_heading=”Lo bueno” positives=”Estrategia para realidad virtual
Mecánicas simples e intuitivas
Campaña estilo roguelike con permadeath” negative_heading=”Lo malo” negatives=”Misiones algo cortas
Apartado técnico bastante pobre
Falta de profundidad en gestión de recursos”]
Diversión
7.0

Jugabilidad
6.0

Gráficos
5.0

Música / Sonido
4.0

Innovación
7.0
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